viernes, 5 de junio de 2009

Joo, me hago mayor

Llega Kung Fú de una larga travesía por el desierto, venía de estar en contacto con sus antecesores, cuando de pronto llega a la ciudad y entra en una tienda de zapatos y dice al dependiente:

Por favor señor, deme unos zapatos.

El empleado de la tienda contesta:

Sí con mucho gusto, ¿De qué número?

Y Kung Fú le dice:

Cualquiera, sí son para ponérmelos en el hombro.



13 comentarios:

Rafael Merino Isunza dijo...

Un post muy Zen...

Leila Sand dijo...

Jajajajajaja, que bien te ha quedao eso, jajajajaja.

Anónimo dijo...

Pues Kung Fú se habría propuesto fomentar la industria zapatera, porque dime tú para qué necesitaba unos zapatos si era para cargarlos al hombro...eso o que la dependienta estuviera cañón, que también podría ser.

Y, pidiendo permiso a nuestro querido virginiano (sé cuánto le "gustan"), aporto la necrológica del día: el miércoles pasado falleció en Bangkok, a los 72 años, el actor David Carradine, que encarnó al famoso "Kung Fu" de nuestra niñez.

Leila Sand dijo...

Aynssss!!!!!!!!!! Srta. Marley, "pos" por eso he contado el chiste, jajajajjaja.

Jaime Garcigonzález dijo...

-Maestro Po:¿por qué las mujeres no me atraen como a los demás chicos?
-te iba a contestar "pequeño saltamontes...", pero será mejor que te llame "pequeña libélula"

Jaime Garcigonzález dijo...

-¿me da una caja de cerveza?
-sí señor: ¿la quiere de Cruz-Campo, Mahou, San Miguel...?
-da igual, es pa'sentarme..

~ R ~ dijo...

La Señorita Marley era pequeñaja cuando emitieron la serie y no recuerda bien lo de los zapatos atados sobre el hombro,... el que suscribe si,... como Vuestra Merced,... no os preocupeis,... hacerse mayor es seña de que se ha vivido, mi Señora.

Expresiones Shao Lin varias.

PD.: Sueño con hacer efectiva mi colección.

Anónimo dijo...

Capitán, recuerdo bien cómo os quedábais "los mayores" a verla y al día siguiente me contábais maravillas sobre ella, dejándome los dientes largos...

A las altas horas en que la emitían (las nueve de la noche) yo estaba ya irremediablemente frita. Me pincha la espinita de no haber podido aguantar el sueño para quedarme con vosotros en el sofá viendo al "pequeño saltamontes" (arrebujados en el coquito...).

Leila Sand dijo...

Uno Kisses Trasto

Leila Sand dijo...

Capi, joo, yo tb era pequeñaja.

Uno beso, pa tu cole

P.D. Capi tienes que volver al blog, te echamos de menos.

Leila Sand dijo...

Srta. Marley, tan mayores, tan mayores, no serían, amos digo yo, jajajjajajaja.

Uno beso nena

Anónimo dijo...

Querida Leila, tú no (que eres más jovencica), pero el capi, era como mi padre :D aunque sólo me llevaba siete años.

A la corta edad de seis años, mi hermano de trece era, para mi, un respetabilísimo adulto. La imagen que tenía de él era un híbrido entre Aragorn y Mahatma Gandhi, ambos tremendamente respetables.
Y siguió siéndolo hasta mis dieciséis años en que, de golpe y porrazo, me pareció humano :)

Leila Sand dijo...

Jajajajajajja, pues uno beso para ellos, porque como sean tan sólo una pequeña parte de lo que eres tú, valdrán mucho la pena.