Terapia de Grupo

Buenos días a todos,

Necesito terapia y, como ya sabéis, creo que éste es un buen lugar para hacerla.

Realmente la necesito porque si no, creo que estoy al borde de la agresión física (ya he pasado la etapa "ataque de nervios").

Os explico: mi puesto de trabajo es un pequeño despacho (lo tengo bastante coquetuelo la verdad, porque yo para esas cosas soy muy mía... muy Chinche) que está ubicado entre otros 2 despachos así que, bien se puede decir que estoy rodeada.

A mi izquierda, con 60 kilos de pesooooo..... La Recepcionistaaaa!!!!:

Casada, con una hija, 44 años y una lengua incansable (a los mal pensados, os especifico que me refiero a hablar...). Se pasa el día hablando por teléfono fijo, móvil, hablando con la gente que llega y que se vá, con los que pasaban por allí, con el portero cuando sube la correspondencia... con "tó perro Pichichi".

Quizás alguno penséis que es normal dado su trabajo (recepción, centralita, etc.) pero,lo gordo, lo MÁS GORDO es que no habla de su actividad profesional. Habla de su vida hasta el punto que todo el mundo en la oficina (cuando digo TODO es TODO) se sabe su vida con pelos y señales.

Para más "inri", sus familiares más allegados tienen tarifa plana en sus casas (en concreto su cuñada) así que puede estar más de 2 horas al teléfono (de reloj, eh?. Nada de aproximaciones) hablando y hablando y hablando... hasta límites que son desconocidos para cualquier ser humano.

A mi derecha, con 80 kilos de pesooooo..... El Socio Sordo!!!!:

Casado, con dos hijos, 50 años y una sordera profunda (pero muy, muy profunda). Este hombre, básicamente, se pasa el día voceando: por teléfono fijo, móvil, voceando a la gente que llega y que se vá cuando la saluda o la despide, a los que pasaban por allí, a cualquiera al que va a dar una instrucción... a "tó perro Pichichi".

Me entero de todas sus conversaciones (incluso cuando habla con su mujer, Juana, y discuten porque olvidó llevar el coche a cambiar el aceite). Me entero cuando regaña a sus hijos, cuando se está haciendo el simpático con un cliente y, hasta me entero cuando habla con su "amiguita" y baja el tono (desconoce el concepto susurro y para él, bajar el tono es hablar a un volumen normal).

Así pasan mis días, queridos todos. Entre la que raja como una cotorra y el sordo de al lado... ¡Qué desesperación Señor!.

Me dan ganas de salir al pasillo y gritar: Tú, plasta, cállate ya!! y tú sordo, ponte un Whisper XL y todos nos sentiremos muchísimo mejorrrrr!!!!...

Y digo yo: ¿en qué estaba pensando cuando me convencieron para trasladarme de mi modesto despachito del fondo de la oficina a este sitio que es purito caos?.

Me debieron de pillar en un mal momento porque sino, no se explica!!...

En fin... que no tengo más remedio que volver a mi curro, así que os doy las gracias por "terapiear" conmigo y os mando muchos besucos.

Chinche