jueves, 5 de febrero de 2009

A Milagros

Últimamente ando algo perdida, no consigo apartar de mi mente el hospital, los enfermos, el dolor y el sufrimiento. También mi corazón está confuso, creo en lo que hago, sé que muchas personas se reconfortan con mi insignificante aportación a sus vidas; pero no quisiera ser la protagonista de esta dramática y dolorosa realidad. Aunque a veces tengo dudas, y me siento débil para continuar adelante, sólo echando fuera lo que me desgarra por dentro, consigo continuar un día más.

Llevo semanas implorando un milagro, me da igual del dios que venga, y es que con todos los que se presuponen... ya podrían concentrarse sus supremas deidades y prestar atención a mi plegaria.



Hay una persona, una niña de 22 años que lleva muriéndose algunas semanas, el cáncer se extiende por su cuerpo igual que el agua derramada, imparable. Día tras día he presenciado impotente su destrucción, poco a poco he visto como perdía el control de su cuerpo y éste dejaba de responderla; fue entonces cuando se metió en la cama de la que nunca volverá a salir. Más tarde llego su otoño y al igual que éste arranca las hojas de los árboles, Milagros perdió su pelo, su larga melena lisa, su preciada y cuidada melena, y quedó su cabecita completamente al descubierto; más tarde perdió la visión en el ojo derecho, ahora está completamente ciega.



Alguna vez conseguí arrancarle frases que me llenaban de alegría, palabras que apenas se escuchaban, pero el corazón es capaz de escuchar lo imperceptible, y me sentía capaz de alejarla durante algunos momentos de la tortura a la que esta maldita enfermedad la tenía sometida, ahora, sedada, hace semanas que no pronuncia palabra alguna. Me pregunto cómo será ese mundo en el que las drogas te sumen en un profundo y aparentemente tranquilo sueño, me pregunto sí será capaz de sentir paz, o si por el contrario, se debatirá en una cruenta batalla con la muerte. Ojala, estos dioses también me obsequien con un placentero sueño para Milagros.



Ahora no puedo comunicarme con ella, sigo yendo puntual a mi cita con la muerte. La miro, y siento una profunda tristeza, miro a su madre, consumida por la desesperación y la desesperanza, aún es capaz de conservar una solemne entereza y una apenada serenidad, que despiertan mi admiración. Allí está siempre, al pie de la cama de Milagros, con el alma desgarrada de dolor, acompañando a su hija en su último viaje, un invisible cordón umbilical se ha vuelto a crear entre ambas, aunque esta vez será la muerte quien lo ampute, y no la vida quien lo corte.



Pronto una estrella más subirá al cielo pero mientras eso llega, seguiré suplicando a los dioses el milagro que necesito.

Desde lo más profundo de mi sentimiento deseo que la paz te acompañe y que tus seres queridos aprendan a vivir con tu ausencia.



Nota: Este sentimiento lo tenía por ahí, guardado en mi corazón y escrito en un papel con fecha 23.11.08, y como la muerte termina siempre su trabajo, Milagros ha fallecido. Este es el único camino que conozco para decir "lo siento".

6 comentarios:

~ R ~ dijo...

Dios mio,...Leila,... Dios mio. Y yo haciendote sonetos.

Anónimo dijo...

leila soy "el pioco".Ante lo que cuentas con fecha del 3-11 del 2008 , no sé que decirte. Todos ante la muerte nos planteamos dudas y miedo. Si eso te conforta, es lo que puedo entregarte, haz una reflexión sobre ello. ¡Ah gracias por leerme, me gusta.

Magiie dijo...

Hola Leila:

Estaba de visita por tu loft y he visto el crespón negro. Vaya post más amargo.

Ningun padre debería ver morir a un hijo, y menos de esa forma. Es duro, es horrible e inolvidable.

Hija, hay que ser de otra pasta para ver cosas así todos los días, para enfrentarse con la muerte a diario y que puedas llegar a casa con la vida fortalecida. Yo probablemente me consumiría.

Un becho wapa y ánimo

Leila Sand dijo...

Capi que a mí me ha gustado mucho, y además, por qué no hacerlo.

Uno beso fuerte y gracias otra vez

Leila Sand dijo...

Hola Pioco, una de las cosas que más me sorprende del ser humano es su fortaleza, en algunas personas es inagotable.

Volveré por tu blog y me alegra que te agrade mi visita.

Uno beso y gracias

Leila Sand dijo...

Hola Magiie, me alegra mucho verte, ahora mismo voy pa tu barco para estar un ratito contigo.

La vida no es siempre fácil, es más ¿es fácil alguna vez?.

Uno besito y cuidate