domingo, 15 de marzo de 2009




El Hada Acaramelada,
de pequeña atolondrada
pues soñaba con ser Hada
de cucurucho y varita.


Su madre doña Rosita,
dándole beso tras beso,
le dijo: ¡Nada de Hada,
que ya no se lleva eso!.
¿Cómo vas a ser un Hada
con ese flequillo tieso
y esos ojos de ratón,
si ya no se lleva eso?
-Somos pobres, no hay castillo,
tu padre suda en el trillo,
yo sudo en el lavadero...

(La niña lloró sobre la cesta de ropa
y la cesta se llenó de pipas y caramelos)


Con un periódico se hizo
un cucurucho muy tieso,
de esta forma se sentó
a la puerta del colegio
con su cesta milagrosa,
con su varita de fresno
para espantar a las moscas
del puesto de caramelos.

¡Todo gratis, todo gratis!

Regalaba yoyoes y caramelos.



El hada cuanto más daba,
más se la llenaba el cesto.



¡Todo gratis, todo gratis!
se leía en un letrero.


Un día que era muy frío,
me parece que era enero.
El hada se quedó helada,
y vinieron los bomberos.


En marzo se desheló,
con cucurucho y varita,
al puesto volvió.


El hada acaramelada,
la llamaban y la llaman,
todos los niños y niñas del pueblo.

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