domingo, 13 de junio de 2010

El yugo de la voluntad optimista



Estoy cansada de escuchar que sentirse triste, deprimido, sin control de tus emociones, puede hacerte perder la batalla contra el cáncer. Que hay que estar animoso, con optimismo, positivo, bla, bla, bla...

Intentar mantener una actitud positiva, si ese no es nuestro estilo, resultará un "lastre añadido" a la ya per se, dura enfermedad; además de padecerla, no soy capaz de ser optimista, de enfrentarme a mi cáncer con fuerza, con ganas, incluso con alegría, y por lo tanto el cáncer se extenderá más rápidamente.

Está científicamente demostrado que nuestra postura ante la vida y nuestras emociones pueden afectar a nuestro sistema endocrino e inmunológico, pero en "ningún caso" está científicamente probado que esto tenga algún impacto sobre un tumor, ni que un tumor, crezca en nuestro cuerpo como respuesta a nuestras actitudes o emociones.

No es culpa del enfermo tener un cáncer y mucho menos no poseer una personalidad optimista por naturaleza, o lo que aún es peor, tener que serlo porque todos se lo aconsejan.

La personalidad, la tristeza, el estrés, las experiencias negativas de nuestras vidas, no provocan el desarrollo de ningún tumor, ni incrementan la vulnerabilidad de la persona a la enfermedad. En conclusión, no existe investigación científica alguna que concluya con tales creencias. Ahora bien, la forma en cómo nos enfrentamos a nuestros conflictos en la vida cotidiana, está totalmente relacionada con el modo en que nos enfrentamos al cáncer.

Cierto es que el estrés tiene su efecto, a través del sistema nervioso, y que afecta a la presión arterial, al ritmo cardiaco y a las hormonas, pero que con el cáncer ocurra lo mismo, "no está demostrado".

Este tipo de "recomendaciones" que circulan alrededor del cáncer, estarán basadas en la necesidad de explicar lo inexplicable, de dar respuesta a preguntas para las que sólo tenemos interrogantes.

Luchar por mantener una actitud hacia le enfermedad que poco o nada tiene que ver con nuestra personalidad, sólo generará en el paciente un "complejo de culpabilidad". Indudablemente una actitud positiva frente a la vida es absolutamente recomendable, pero no debemos generar más estrés al paciente, intentando hacerle ver, algo que no va con su personalidad.

Estar cerca de las personas que padecen cáncer, quererles, demostrarles que no están solos en su lucha, compartir su dolor, escucharles, y ayudarles a encontrar las armas para enfrentarse a su enfermedad, desde mi punto de vista, es un camino a seguir en nuestra lucha contra en cáncer.

¡Contáis conmigo!.




2 comentarios:

Jabuga dijo...

Chica!! ni poniéndome antiparras puedo leer lo que has escrito!
Sabes que el color de fondo me encanta (así voy a pintar mi salón) pero el verde contraste pulveriza retinas.

Mejor te llamo y me lo cuentas :)

Millones de besos inmensos

leila sand dijo...

Jajajaja, bienvenida a tu casa, convertida ahora en un magnífico loft con vista al Guadalquivir, por ejemplo.

Pero volviendo al tema de la pintura, que va a pintar QUIÉN, jajajajaja.

No me has llamado, por cierto, ya lo hago yo anda.

Besitos