Qué penilla, Leila. Es curioso, pero no conozco otro escritor del que me hayan comentado tantas veces que lo conocieron en persona, que hablaron con él... Yo misma lo conocí en el año 91, en un acto contra la conmemoración del descubrimiento de América (aquel '92...), que tanto revuelo levantó. Me impresionó su cercanía, su trato afable, su apariencia de hombre bueno, inteligente, sereno...como antes me habían impresionado sus relatos y después, sus poemas.
Me imagino a Mario sentado en un café del centro de Montevideo, tomando un medio y medio a la sombra del Palacio Salvo, después emprende camino a las Ramblas; ya ahí, ve pasar a los vendedores, en bicicleta, de agua caliente para el mate -las calles casi están sin gente y se sienten fuertes ventarrones que no permiten escuchar, en múltiples ocasiones, ni los pensamientos- él sigue caminando y así se difumina con un libro y una libreta bajo el brazo.
Leila linda, imagina una tarde de otoño, en Sevilla, compartiendo conversación entre el humo del té y de la cachimba, con Don Rafael, nuestro Marqués y el Capitán Escarlata...¡para disfrutar hasta los tuétanos!
P.D.: Si se apunta el virginiano aquí ya no habla nadie, pero...se completaría un círculo perfecto.
9 comentarios:
... mi táctica es
quedarme en tu recuerdo
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
pero quedarme en vos ...
Expresiones Benedetti varias.
JL
Capi, eso me hace siempre llorar, pero me usta mucho.
Uno beso
P.D.: Vuelve Capi q debes tener a muchas princesas tristes.
Qué penilla, Leila.
Es curioso, pero no conozco otro escritor del que me hayan comentado tantas veces que lo conocieron en persona, que hablaron con él...
Yo misma lo conocí en el año 91, en un acto contra la conmemoración del descubrimiento de América (aquel '92...), que tanto revuelo levantó.
Me impresionó su cercanía, su trato afable, su apariencia de hombre bueno, inteligente, sereno...como antes me habían impresionado sus relatos y después, sus poemas.
Se queda con nosotros ¿verdad, Leila?
Pues sí, querida Srta. Marley, algunos no se van nunca.
Me imagino a Mario sentado en un café del centro de Montevideo, tomando un medio y medio a la sombra del Palacio Salvo, después emprende camino a las Ramblas; ya ahí, ve pasar a los vendedores, en bicicleta, de agua caliente para el mate -las calles casi están sin gente y se sienten fuertes ventarrones que no permiten escuchar, en múltiples ocasiones, ni los pensamientos- él sigue caminando y así se difumina con un libro y una libreta bajo el brazo.
Pero, ¡qué maravilla!
Leila linda, imagina una tarde de otoño, en Sevilla, compartiendo conversación entre el humo del té y de la cachimba, con Don Rafael, nuestro Marqués y el Capitán Escarlata...¡para disfrutar hasta los tuétanos!
P.D.: Si se apunta el virginiano aquí ya no habla nadie, pero...se completaría un círculo perfecto.
Rafa me alegra siempre verte.
Un bso
JAJAJAJAJJAJAJA, mi Srta. Marley es la bomba, que dichosa me siento de compartir con ella tantíiiiiiisimas cosas.
Nos vemos en McDonals, jajajajjaja.
Ahora q caigo si se apunta el Virginiano que tenga claro q le daría un achuchón, jajajajajaja.
Publicar un comentario