“… el médico que intenta encargarse del cuidado de un paciente pero descuida
esos factores que contribuyen a la vida emocional del paciente no es
científico, así como el investigador que descuida el control de todas las
condiciones que puedan afectar el experimento. El buen médico conoce muy
bien a sus pacientes... Tiempo, simpatía y comprensión debe ser sobradamente
dispensado, y la recompensa estará dada por ese lazo personal que se ha
formado y que produce la satisfacción más grande en la práctica de la
medicina. Una de las cualidades esenciales del médico es su interés en la
humanidad, así que el secreto de la atención del paciente está en atender al
paciente”.

“La práctica de la medicina en su sentido más amplio incluye todo lo que es la
relación del médico con su paciente. Es un arte basado en gran medida en las
ciencias médicas, pero que comprende mucho de lo que todavía permanece
fuera del dominio de cualquier ciencia”.

F.W. Peabody, 1927

Un día más sin ti.